Juanita era una jòven entusiasta de 24
años casada desde hace un año con Luis, un
católico de toda la vida. Nunca había sido
miembro de ninguna iglesia, y no había recibido
educación religiosa. Sin embargo, su familia
acostumbraba a orar unida y Juanita tenía profunda fe
en Dios. Ansiaba compartir su fe con los demás,
especialmente con su esposo Luis. Este deseo la llevó
a su parroquia católica donde pidió ser bautizada y
confirmada y que se le diera la bienvenida a la mesa
eucarística.
Ricardo acababa de graduarse de la universidad y
se mudó a otra ciudad del este para comenzar a
trabajar por primera vez. De niño, Ricardo fue
bautizado en la fe católica de su padre. Sus padres se
divorciaron cuando era muy joven y él vivió con su
madre hasta que se fue a estudiar a la universidad.
Ricardo no fue catequizado en la fe católica y nunca
recibió los sacramentos, pues su madre no era activa
en ninguna iglesia. Al iniciar una nueva vida en una
nueva ciudad, Ricardo ansiaba encontrar una guía
para su vida y disfrutar del apoyo de una comunidad
cristiana que compartiera sus valores.
Patricia, soltera de 29 años, creció en una familia
luterana de profundas convicciones. Fue bautizada
cuando era bebé, asistió a la escuela dominical y
recibió la comunión y la confirmación en la iglesia
luterana de sus padres. Sin embargo, durante sus años
universitarios comenzó a apartarse de Dios y de la
iglesia. Aunque tenía poco interés por la religión en sus
años universitarios, de vez en cuando iba a misa con sus
amigas pues muchas de ellas eran católicas. Después de
8 años como trabajadora social, comenzó a sentir la
necesidad de ser parte de una comunidad parroquial
donde pudiera nutrirse, celebrando y compartiendo su fe
en Dios.
El Rito de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA)
ofrece un proceso a personas como Juanita, Ricardo y
Patricia, personas que “bajo la acción del Espíritu Santo
en sus corazones, consciente y libremente buscan al Dios
vivo y emprenden el camino de la fe y de la conversión”
(RICA 1).
Las razones por las cuales muchas personas
se sienten atraídas inicialmente a la Iglesia son tan
variadas como las mismas personas. Sin embargo, todas
aquellas personas que entran al RICA tienen el mismo
deseo de llegar a tener fe viva en Dios como miembros
de la comunidad cristiana.
La iniciación de adultos es “un proceso gradual que se
lleva a cabo en la comunidad de fieles” (RICA 4).
De hecho, hay cuatro períodos en el proceso de iniciación,
cada uno de los cuales corresponde al crecimiento en la fe de la
persona y a su entrada en la vida de la comunidad. El crecimiento en
la fe y la conversión gradual e incorporación en la comunidad
cristiana de los catecúmenos están marcadas por celebraciones
litúrgicas a medida que se mueven de un período a otro.
El papel de toda la comunidad en la iniciación de los nuevos miembros se hace
más evidente en la celebración de los rituales importantes de estos
cuatro períodos de iniciación:
• Evangelización Y Precatecumenado
En este período los recién llegados tienen la oportunidad de hacer preguntas y de reflexionar
acerca de la presencia de Dios en sus vidas. A la comunidad le toca
entonces compartir con ellos la Buena Nueva de Jesucristo. El
propósito de este período es guiar a los interesados hacia una
conversión inicial a Cristo.
evangelización y precatecumenado se da a los
• Catecumenado
El Rito de Entrada en el Catecumenado marca el inicio en el
período de
vida cristiana. Durante el catecumenado la conversión inicial de la
persona se profundiza al abrazar el modo de vida de la comunidad
cristiana, al participar en el culto especialmente la Liturgia de la
Palabra de los domingos, al recibir una catequesis basada en la
Palabra de Dios y al compartir la misión de la Iglesia.
catecumenado, un período sustancial de formación en la
• Purificación E Iluminación
La Iglesia dedica un tiempo de preparación inmediata e intensiva
a los sacramentos de iniciación. Este período que se conoce como depurificación e iluminación
antes de la Pascua. Mediante las liturgias y las reflexiones de este
período toda la comunidad se une a los candidatos concentrando la
atención en la transformación de la persona completa del individuo
al camino de Cristo, a una vida basada en el Evangelio.
coincide con la Cuaresma, los cuarenta días
• Mistagogia
Los sacramentos de iniciación (Bautismo, Confirmación e
Eucaristía) se celebran con gran festividad y solemnidad durante la
Vigilia Pascual. Durante el período siguiente de
cincuenta días de la temporada de Pascua los nuevos iniciados y toda
la comunidad cristiana saborean la experiencia de los sacramentos de
la Pascua, reflexionan en el significado que tienen para sus vidas y
una vez más abrazan su responsabilidad en la misión de la Iglesia en
el mundo.
¿Para Quién Es El RICA?
El RICA es principalmente para adultos no bautizados quienes al
igual que Juanita, buscan entrar a la Iglesia mediante los tres
sacramentos de iniciación: el Bautismo, la Confirmación y la
Eucaristía. A estas personas se les llama catecúmenos. En los Estados
Unidos, el RICA incluye también ritos litúrgicos y ofrece normas para
la formación de católicos bautizados pero no catequizados que buscan
completar su iniciación mediante los sacramentos de la Confirmación
y la Eucaristía.
Se ofrecen también ritos y normas similares para
adultos bautizados
en otras iglesias cristianas que desean ser recibidos en la completa
comunión de la Iglesia Católica. En la formación de personas
bautizadas, la Iglesia reconoce que ya son parte del Cuerpo de Cristo
por su bautismo. Por tanto, a personas como Ricardo y Patricia que
son ya bautizadas no se les llama catecúmenos sino
El RICA es de interés no sólo para los catecúmenos y candidatos
sino para toda “la comunidad de los fieles que juntamente con [ellos]
consideran el valor del misterio pascual y renovando su propia
conversión, inducen con su ejemplo a los catecúmenos a seguir al
Espíritu Santo con toda generosidad” .